viernes, 22 de julio de 2011

To be or not to be

Es una realidad incuestionable que, con el tiempo, nos vamos situando ante los acontecimientos diarios de  una manera más calmada. Ese es, al menos, mi caso. Y vivirlo con más calma no es sinónimo de hacerlo con menor intensidad, todo lo contrario, aumenta la exigencia por las cuestiones consideradas fundamentales.
Procuro mirar qué es lo que pasa dentro de mi para, fundamentalmente, crecer y avanzar en los objetivos que me planteo.  Uno de ellos es ser capaz de ir gestionando mi vida, con autonomía, libertad. buena compañia, compromiso, alegria y un gran etc.

Sin embargo, a medida que creo ir avanzando en mi autonomía personal, siento que estamos más condicionadas por el exterior, un exterior, con nombres que empiezan a ser familiares: mercados, primas de riesgo, agencias de rentings, que se han integrado, con tanta familiaridad, que hacen del mundo, los gobiernos y el pueblo llano, sencillamente lo que quieren.

Y, con calma, eso si, me rebelo a que esa gente "forme parte de mi familia" y que dicte los criterios de funcionamiento de una sociedad, profundamente injusta que permite, que en una misma página de periódico, aparezca como noticia que el Presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán recibe 7,3 millones de euros por su gestión, al mismo tiempo que las Naciones Unidas, declara que dos regiones del Sur de Somalía son victimas de la hambruna más espantosa.

Y aparece la palabra "rescate", no como medicamento homeopático, que tomamos cuando recibimos algún impacto emocional, sino de un país, Grecia, que se rebela a sacrificarse y pagar intereses de por vida. Curiosamente al parecer, y hasta nuevo susto, que no tardará mucho en llegar, se salva Europa.
Y miren por donde, no me tranquiliza éste segundo rescate porque tengo la sensación que han seguido el juego a los mismos, que conociendo como reaccionan la clase política, volverá a las andadas.
Tampoco me tranquiliza la declaración de hambruna de la ONU, que no va acompañada "de un verdadero rescate", que permita llevar los productos de alimentación básicos, para hacer frente a esta verguenza para toda la humanidad.

La indignacion tranquila tiene todavía mucho por andar....

1 comentario:

  1. Pues yo tengo dos primas y no quiero ninguna más; me sumo a tu indignación tranquila.

    ResponderEliminar