domingo, 8 de abril de 2012

El triste vía crusis...

Hace tiempo me propuse no entrar a valorar las actuaciones y declaraciones de la Iglesia Jerárquica. En mi pueblo dicen: "no hay mayor desprecio que el no hacer aprecio".


Debo reconocer que en muchas ocasiones he hecho un auténtico esfuerzo para cumplir con el compromiso adquirido conmigo misma, sobre todo, teniendo entre mi grupo de amigos y amigas, mucha gente creyente, haciendo otro mundo posible a través de comunidades cristianas de base, grupos de acción católica, teología feminista, etc.

Sin embargo, las últimas manifestaciones de un responsable de la iglesia católica, a través de la televisión pública en el oficio del viernes santo, me ha hecho romper el silencio. Y lo hago, entre otras cosas, por estar al lado de un montón de creyentes "enrabietados" por este tipo de actuaciones, que empiezan a darse demasiado regularmente. Y denuncian, denunciamos desde el compromiso con los valores del Evangelio, estas manifestaciones como un atentado contra la caridad cristiana, contra las bienaventuranzas, contra el respeto a las libertades individuales, colectivas e institucionales.

Resulta lamentable que cuando este país vive un auténtico vía crucis de recortes a las personas que más dificultades tienen, a través de la ley de la dependencia, o miles de familias se encuentran sin viviendas a causa de las estafas de los bancos, la Iglesia, que tendría que defender la justicia social. se dedica a "envenenar" a la gente con consideraciones estrictamente morales, sin además realizar ningún tipo de autocrítica a las conductas "moralmente sospechosas" de algunos de sus representantes.

Creo sinceramente que si a Jesucristo se le ocurriera de nuevo darse una vuelta por aquí, volvería a coger el látigo para denunciar en qué han convertido su templo y añadiría, muy probablemente, que el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...

Sin embargo, mientras los señores de la iglesia institucional utilizan sus púlpitos para anunciarnos los demonios, el pecado, la maldad y la venida  del lobo, el Dalai Lama manifiesta:
"Mi verdadera religión en la Bondad. Si la practicamos en nuestra vida, no importa si sabemos mucho o poco, o si creemos en la próxima vida o no, en Dios o en Buda. En nuestra vida cotidiana tenemos que ser compasivos/as. Ese es el pasaje a la Luz.


Ha sido una semana triste, debe ser que el pasaje a la Luz es muy costoso.