lunes, 28 de noviembre de 2011

Cara y cruz de las ONGs

Va siendo habitual desayunar cada día, con una nueva noticia en los medios de comunicación, que nos permite aumentar nuestro conocimiento sobre las ingenierías financieras realizadas en este país en los últimos años de bonanza económica, generalmente con dinero público.
La lista es cada vez más amplia y significativa, teniendo representación la clase política, económica financiera, artística, deportiva y por último, hasta la Casa Real.
Debo reconocer que hago verdaderos esfuerzos para que estas noticias no me revuelvan excesivamente las tripas pero a veces no lo consigo, sobre todo, cuando el engaño y la estafa están vinculados a personas, que valiéndose de su posición privilegiada, crean organizaciones sin ánimo de lucro, precisamente para aumentar su patrimonio.
Me pregunto cómo se controlan esas actividades, porque conozco muchísimas  asociaciones sin ánimo de lucro, que están permanentemente justificando cada euro recibido empleando a veces más tiempo en presentar papeles sin compensar lo concedido.
Sin embargo en muchísimas ocasiones hemos sido objeto y sujeto de críticas feroces porque recibimos subvenciones, al hacer  el trabajo que la administración pública ha delegado, porque la sale más barato darlo a las ongs.  Mientras tanto, honorables empresarios, sesudos artistas, respetados consejeros delegados de entidades financieras y ahora, hasta miembros de la Casa Real, robaban a espuertas, dilapidaban entidades bancarias y dejaban vacías las arcas públicas.
Quiero creer en la actuación de la Justicia y que ésta sea ejemplar. Espero que toda esta gente vaya a la cárcel, no en España, porque faltaría más que también paguemos eso, sino  que cumplan su pena en las cárceles del Congo o Ecuador, eso si devolviendo antes lo robado. Y que esta devolución sirva para pagar la enorme deuda que la administración  pública tiene con las verdaderas ongs, que ven temblar sus proyectos de servicio por la deuda contraída en los últimos años.
He visto mucha gente responsable de instituciones, ya en la ruina, que se ha permitido ir diciendo lo que está bien o mal decidiendo arbitrariamente a dónde dirigir los recursos, hoy me pregunto qué dirán ante tanto desatino. Espero que la Justicia actúe y no entre a formar parte de la lista de "sospechosos"